lunes, 17 de mayo de 2010

¡Contra el mal Arthur Poppington!

Por LUNES
Defendor (2009). Canadá, EE. UU., Reino Unido. Duración 101 min. Dirección: Peter Stebbings. Con: Woody Harrelson, Elias Koteas, Michael Kelly, Sandra Oh, Kat Dennings. Estreno en DVD: 19 de mayo.

Desde que a Arthur Poppington (Woody Harrelson) su abuelo le contó que “Capitán Industry” fue el culpable de la muerte de su madre ha tenido como objetivo en su vida detener a este archienemigo. Es así como el trabajador de una obra durante el día se convierte en un grotesco superhéroe durante las noches. Arthur es Defendor, un ser nocturno, casi un “sin techo” que con sus calzas oscuras, su D hecha con cinta plateada en su remera negra, sus canicas, sus avispas, su cachiporra y su jugo de limón sale a enfrentar el mal reinante en las calles.

En una de sus salidas conoce a Kat Debrofkowitz (Kat Dennings) cuando la salva de un depravado agente anti-drogas de la policía de la ciudad, Chuck Dooney (Elias Koteas). Al darle una golpiza al policía, graciosa y bizarra al espectador –teniendo en cuenta las “armas” que usa no puede ser de otra manera-, comienza a ser perseguido por sus matones. De este modo empiezan las aventuras de Defendor, quien pasa varias veces por la comisaría y logra otras tantas escaparse de ella.

Arthur tiene una obsesión, y su alter ego también. Es un ser que nunca pierde de vista su objetivo: destruir a “Capitán Industry”. De esta especie de obstinación del personaje se nutre Peter Stebbings para hacer una fuerte crítica a la institución policial y a la justicia. El director delinea el prototipo de un policía corrupto, que lejos de cumplir su labor en contra del narcotráfico se alía a él. Crea además una imagen de “justiciero por mano propia” que al descubrir las fallas del sistema busca impartir el orden por sí mismo. Utiliza otros estereotipos como el narcotraficante serbio a quien el protagonista cree “Capitan Industry”. Lejos de ser como los superhéroes de los cómics, Defendor carece de todo superpoder y sus armas son las que pueden estar al alcance de cualquier humano.

El héroe se extiende a la sociedad, no es solo una persona intentando impartir castigo sino que es la ciudadanía que clama por justicia. No solo temas como las drogas y la corrupción policial recorren la historia sino que a ellos se les suma otro eje: la prostitución. Defendor conoce a Kat cuando esta estaba por ofrecerle sus servicios a Dooney en una de sus rondas nocturnas. Además cuando Arthur recuerda su infancia se deja un indicio de que su madre podría ser una prostituta, además de adicta a las drogas. Estos temas obsesionan al protagonista, que gracias a lo que su nueva Lois Lane Kat le cuenta va formando el mundo del misterioso “Capitán Industry” que incluye el narcotráfico, la prostitución y el tráfico de armas.

Stebbings usa un personaje grotesco cuya caracterización termina en la parodia a todos los superhéroes famosos como Batman, El Hombre Araña o Superman. Al igual que ellos Poppington ha sufrido en su vida, tiene un pasado que lo atormenta y que, en su caso particular, provoca una especie de retraso psicológico constantemente tratado en el film. Incesantemente se habla del protagonista como un retrasado mental, lo cual es avalado en determinados momentos en la actuación de Harrelson aunque a veces pareciera que esta característica se pierde haciendo de Arthur una persona bastante cuerda – sobre todo en las charlas con la psiquiatra del juzgado (Sandra Oh)-.

Defendor es como un Quijote de la ciudad, emprende su hazaña sin demasiada confianza por parte de quienes lo rodean. Lo admirable de su objetivo es el apetito por cumplir algo que otros deberían hacer (luchar contra el mal, defender a los ciudadanos) pero su figura, su condición, su fisonomía y actitudes –que remiten más a un héroe burlesco que a los superhéroes de acción- se ponen al servicio de la parodia que crea Stebbings.

Pero la parodia puede enseñar, no solo entretener y provocar admiración. A través de las malas situaciones por las que cruza el personaje, y gracias a un cierto humor negro el espectador es capaz de ver esa crítica a la institución que realiza el director, quién también ha sido el guionista.
Defendor es un constante perdedor, se enfrenta contra molinos de viento que sólo hacen que termine herido, en el hospital o en la estación de policía. Su reputación también se ve sacudida. Todo el tiempo se cuestiona acerca de este particular personaje que se va convirtiendo poco a poco en el justiciero que representa a los ciudadanos comunes. ¿Quién es Defendor? ¿Un personaje en busca de justicia o un demente que altera la seguridad y el orden público? Sea quien fuere, y sea cual fuere el lugar en el que decida ubicarse cada individuo de la ciudad (o el público) este antihéroe deja algo en claro: la seguridad no existe, aquellos que deben defender a los habitantes son los que actúan contra ellos.

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