por LUNES
Cuando nosotros pensamos en las bandas que nos gustan, conmueven o emocionan se nos vienen muchos nombres a la cabeza ya sea porque el sonido tiene algo especial, o las letras reflejan algun momento particular de nuestras vidas, o porque alguna canción particular nos acompañó en determinada situación, o quizá se deba a que el/la cantante nos transmite sensasiones particulares a través de su voz.
En mi caso hay determinadas canciones que me ponen la piel de gallina. Las recuerdo, las puedo nombrar porque pocas lo logran. Pero hay una sola banda que lo hace con temas clásicos (como "Bohemian Rapsody", "A Kind of Magic", "Bicycle Race", "Don't Stop Me Now", "We Will Rock You"), con rocks al estilo Elvis pero veinte años después (como "Crazy Little Thing Called Love") o con lentos (como "Doing All Right", "Show Must Go On", "Friends Will Be Friends", "Those Are The Days of Our Lives", "Too Much Love Will Kill You"). Son canciones que me ponen la piel de gallina desde los pies a la cabeza -y no es una exageración-. La banda que me produce eso es Queen. Pero no solo es la agrupación y sus canciones las que me producen este efecto, se suma la gran voz de Freddie (que para mí es la mejor voz de la música, junto con Elvis y Sinatra) y la historia conmovedora de una pérdida que a los fanáticos nos parece totalmente injusta.
Recuerdo que hay un clásico documental que suelen pasar cuando se está por cumplir otro aniversario de la muerte del cantante, como previo al recital en conmemoración a su fallecimiento, que Queen realizó en 1992 (un año después de la defunción, editado en DVD 10 años después). En ese documental pasan datos de la trayectoria de la banda, pero sobre todo de la vida de Freddie. Recuerdo escuchar "Those Are The Days of Our Lives" de fondo con fotos emotivas de mi ídolo en sus últimos tiempos, el sufrimiento que la enfermedad estaba dejando en su físico y en las personas que lo rodeaban, pero que aún no le quitaban a Freddie las ganas de vivir y seguir trabajando. No me olvido tampoco de Brian May cantando "No One But You (Only The Good Die Young)", para mí la canción homenaje más emotiva que se haya hecho, y yo llorando como me suele pasar cuando recuerdo la muerte de mi dios. Porque para mi Freddie es eso, algunos piensan en Maradona, Perón, Evita, Rodrigo, otros... Pero yo pienso en Farrokh Bulsara -ese es su nombre de nacimiento- aunque tengo unos cuantos semidioses en mi religión. Pero el efecto que antes mencionaba parece que no sólo depende de él.
El viernes 28 tocó en el Luna Park (la iglesia donde vi a la mayoría de mi s semidioses) la banda rosarina Dios Salve a la Reina (DSR), el mejor tributo a Queen. A pesar de tener solo 12 años, el grupo ganó los mejores concursos y se presentó en los festivales más importantes dedicados a la agrupación británica. Y como no... Utilizan instrumentos originales, vestuario idéntico a los miembros, escenografía similar y como para no ser menos el parecido del cantante Pablo Padín con Mercury es impresionante. No sólo se da una similaridad es física a la del cantante en su look de mediados de los 80, sino que su voz cuando canta, habla y agradece es impresionante. Tanto la piel se me erizó como cuando escucho canciones de Queen o veo sus videos. Será por ese parecido, o por las características del show dadas anteriormente, que varias veces durante la velada que duró más de dos horas le mostré a mi hermana (nuevamente mi acompañante) como estaban mis brazos con la piel de gallina. Los movimientos de Padín en escena también ayudaron, sumado a su virtuosismo en el piano.
El deber de la previa del show fue para la banda La Carga. Su sonido fue prolijo, de un rock con letras para identificarse y la voz del cantante que es muy potente. Fue un prefacio muy aplaudido por el público presente, de todos los rangos de edades. Mientras tanto el Luna Park se iba colmando de a poco, a pesar de que las tribunas laterales al escenario no estaban a la venta. Parejas, familias enteras, amigos, niños, adolescentes, jóvenes, todos nos congregamos para rendirle culto a una de las mejores bandas de la historia de la música.
El show de los rosarinos no escatimó nada. Desde el principio hasta el final sonaron canciones clásicas de la banda británica: "A Kind of Magic", "Another One Bites The Dust", "Bohemian Rhapsody", "Bicycle Race", "Crazy Little Thing Called Love", "Death on Two Legs", "Hammer To Fall", "I Want It All", "I Want To Break Free", "Innuendo","Let Me Entertain You", "Mad The Swine", "Now I’m Here", "Radio Ga Ga", "We Will Rock You", "Who Wants To Live Forever". Como se ve, ninguna canción baja de la categoría de clásico y algunas son superclásicos de Queen.
Los concurrentes corearon los temas acompañados por las típicas palmas de "Radio Ga Ga" y de "We Will Rock You", arengadas por el bajista de la banda. La primera sorpresa llegó con "Bycicle Race" cuando al final dos modelos en bicicleta se pasearon por el escenario y una tercera lo hizo entre las butacas, sonando el clásico timbre del rodado que se escucha al final de la canción. Luego en "I Want To Break Free" el cantante apareció con una remera rosa, unos pechos falsos y una peluca como la que Freddie usó en el video del tema. Esto le sirvió a Padín para internarse más en el personaje, aunque no le hacía mucha falta. En "A Kind of Magic" las muchachas arrojaron globos gigantes a la audiencia. Los presenter jugaron con ellas e hicieron que la noche sea más fiesta (hasta que los vivos empezaron a adueñarse de los globos, que dejaron de volar por el aire en el estadio).
Más tarde llegó el solo del cantante, imitando al que Freddie hacía insentivando al público con sus "alright, alrights y "yeah, yeahs". El recuerdo de Mercury se hizo inevitable y el público ayudo a su evocación. Como para continuar con la magia del show Pablo no habló nunca es castellano, lo hizo siempre en inglés. Quien se olvidara de la muerte que dejó a la banda británica sin cantante y se dejara llevar por el momento creería estar escuchando en vivo la voz de Bulsara. Cada vez se notaba más el estudio del rosarino de los gestos, movimientos y la voz del vocalista (hasta cuando hablaba).
Otro parecido fue posibilitado gracias a los otros dos solos: de batería y de guitarra. A cargo de Matías Albornoz la batería sonó varios minutos demostrando gran virtuosismo. Lo mismo sucedió con la guitarra de Francisco Calgaro, quien no tiene nada que envidiarle a los guitarristas de las grandes bandas. Ambos instrumentos sonaron completamente solos demostrando la grandeza técnica de los músicos.
Muy importante dentro del show también fue la química entre los músicos. Padín se paseó por el escenario y por las pasarelas; pasó del piano a la guitarra, del piso a la plataforma de la batería; se juntó Calgaro en imágenes que traían a la memoria a las interacciones entre May y Mercury.
Pero el momento más emotivo, el que provocó mis lágrimas, fue cuando la banda interpretó "The Show Must Go On". En las pantallas del estadio se proyectó un video de distintos momentos de la vida del fallecido cantante. Muchas de videos de recitales, privados, de backstage pero todos con Freddie Mercury como protagonista. La audiencia estalló en aplausos cuando el video empezó a correr, la piel de gallina nuevamente se asomó en mi cuerpo, y las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos y de los de mi hermana (y seguramente de los de algún espectador más).
Los pensamientos que atravesaban mi cabeza se basaban en la injusticia que considero que la vida nos haya arrebatado a semejante artista y nos deje a tantos que valen muy poco la pena. Imaginaba como sería la música si el gran y creativo Freddie Mercury siguiera aquí, cuántos éxitos más hubiese cosechado la banda y sobre todo la gran felicidad que me hubiese significado el hecho de concurrir a un show de Queen. Pero parece que eso que dice la canción "No One But You" se ha cumplido en muchos casos: "uno por uno, sólo los buenos mueren jóvenes". Y en este caso... estamos hablando de un grande.
En mi caso hay determinadas canciones que me ponen la piel de gallina. Las recuerdo, las puedo nombrar porque pocas lo logran. Pero hay una sola banda que lo hace con temas clásicos (como "Bohemian Rapsody", "A Kind of Magic", "Bicycle Race", "Don't Stop Me Now", "We Will Rock You"), con rocks al estilo Elvis pero veinte años después (como "Crazy Little Thing Called Love") o con lentos (como "Doing All Right", "Show Must Go On", "Friends Will Be Friends", "Those Are The Days of Our Lives", "Too Much Love Will Kill You"). Son canciones que me ponen la piel de gallina desde los pies a la cabeza -y no es una exageración-. La banda que me produce eso es Queen. Pero no solo es la agrupación y sus canciones las que me producen este efecto, se suma la gran voz de Freddie (que para mí es la mejor voz de la música, junto con Elvis y Sinatra) y la historia conmovedora de una pérdida que a los fanáticos nos parece totalmente injusta.
Recuerdo que hay un clásico documental que suelen pasar cuando se está por cumplir otro aniversario de la muerte del cantante, como previo al recital en conmemoración a su fallecimiento, que Queen realizó en 1992 (un año después de la defunción, editado en DVD 10 años después). En ese documental pasan datos de la trayectoria de la banda, pero sobre todo de la vida de Freddie. Recuerdo escuchar "Those Are The Days of Our Lives" de fondo con fotos emotivas de mi ídolo en sus últimos tiempos, el sufrimiento que la enfermedad estaba dejando en su físico y en las personas que lo rodeaban, pero que aún no le quitaban a Freddie las ganas de vivir y seguir trabajando. No me olvido tampoco de Brian May cantando "No One But You (Only The Good Die Young)", para mí la canción homenaje más emotiva que se haya hecho, y yo llorando como me suele pasar cuando recuerdo la muerte de mi dios. Porque para mi Freddie es eso, algunos piensan en Maradona, Perón, Evita, Rodrigo, otros... Pero yo pienso en Farrokh Bulsara -ese es su nombre de nacimiento- aunque tengo unos cuantos semidioses en mi religión. Pero el efecto que antes mencionaba parece que no sólo depende de él.
El viernes 28 tocó en el Luna Park (la iglesia donde vi a la mayoría de mi s semidioses) la banda rosarina Dios Salve a la Reina (DSR), el mejor tributo a Queen. A pesar de tener solo 12 años, el grupo ganó los mejores concursos y se presentó en los festivales más importantes dedicados a la agrupación británica. Y como no... Utilizan instrumentos originales, vestuario idéntico a los miembros, escenografía similar y como para no ser menos el parecido del cantante Pablo Padín con Mercury es impresionante. No sólo se da una similaridad es física a la del cantante en su look de mediados de los 80, sino que su voz cuando canta, habla y agradece es impresionante. Tanto la piel se me erizó como cuando escucho canciones de Queen o veo sus videos. Será por ese parecido, o por las características del show dadas anteriormente, que varias veces durante la velada que duró más de dos horas le mostré a mi hermana (nuevamente mi acompañante) como estaban mis brazos con la piel de gallina. Los movimientos de Padín en escena también ayudaron, sumado a su virtuosismo en el piano.
El deber de la previa del show fue para la banda La Carga. Su sonido fue prolijo, de un rock con letras para identificarse y la voz del cantante que es muy potente. Fue un prefacio muy aplaudido por el público presente, de todos los rangos de edades. Mientras tanto el Luna Park se iba colmando de a poco, a pesar de que las tribunas laterales al escenario no estaban a la venta. Parejas, familias enteras, amigos, niños, adolescentes, jóvenes, todos nos congregamos para rendirle culto a una de las mejores bandas de la historia de la música.
El show de los rosarinos no escatimó nada. Desde el principio hasta el final sonaron canciones clásicas de la banda británica: "A Kind of Magic", "Another One Bites The Dust", "Bohemian Rhapsody", "Bicycle Race", "Crazy Little Thing Called Love", "Death on Two Legs", "Hammer To Fall", "I Want It All", "I Want To Break Free", "Innuendo","Let Me Entertain You", "Mad The Swine", "Now I’m Here", "Radio Ga Ga", "We Will Rock You", "Who Wants To Live Forever". Como se ve, ninguna canción baja de la categoría de clásico y algunas son superclásicos de Queen.
Los concurrentes corearon los temas acompañados por las típicas palmas de "Radio Ga Ga" y de "We Will Rock You", arengadas por el bajista de la banda. La primera sorpresa llegó con "Bycicle Race" cuando al final dos modelos en bicicleta se pasearon por el escenario y una tercera lo hizo entre las butacas, sonando el clásico timbre del rodado que se escucha al final de la canción. Luego en "I Want To Break Free" el cantante apareció con una remera rosa, unos pechos falsos y una peluca como la que Freddie usó en el video del tema. Esto le sirvió a Padín para internarse más en el personaje, aunque no le hacía mucha falta. En "A Kind of Magic" las muchachas arrojaron globos gigantes a la audiencia. Los presenter jugaron con ellas e hicieron que la noche sea más fiesta (hasta que los vivos empezaron a adueñarse de los globos, que dejaron de volar por el aire en el estadio).
Más tarde llegó el solo del cantante, imitando al que Freddie hacía insentivando al público con sus "alright, alrights y "yeah, yeahs". El recuerdo de Mercury se hizo inevitable y el público ayudo a su evocación. Como para continuar con la magia del show Pablo no habló nunca es castellano, lo hizo siempre en inglés. Quien se olvidara de la muerte que dejó a la banda británica sin cantante y se dejara llevar por el momento creería estar escuchando en vivo la voz de Bulsara. Cada vez se notaba más el estudio del rosarino de los gestos, movimientos y la voz del vocalista (hasta cuando hablaba).
Otro parecido fue posibilitado gracias a los otros dos solos: de batería y de guitarra. A cargo de Matías Albornoz la batería sonó varios minutos demostrando gran virtuosismo. Lo mismo sucedió con la guitarra de Francisco Calgaro, quien no tiene nada que envidiarle a los guitarristas de las grandes bandas. Ambos instrumentos sonaron completamente solos demostrando la grandeza técnica de los músicos.
Muy importante dentro del show también fue la química entre los músicos. Padín se paseó por el escenario y por las pasarelas; pasó del piano a la guitarra, del piso a la plataforma de la batería; se juntó Calgaro en imágenes que traían a la memoria a las interacciones entre May y Mercury.
Pero el momento más emotivo, el que provocó mis lágrimas, fue cuando la banda interpretó "The Show Must Go On". En las pantallas del estadio se proyectó un video de distintos momentos de la vida del fallecido cantante. Muchas de videos de recitales, privados, de backstage pero todos con Freddie Mercury como protagonista. La audiencia estalló en aplausos cuando el video empezó a correr, la piel de gallina nuevamente se asomó en mi cuerpo, y las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos y de los de mi hermana (y seguramente de los de algún espectador más).
Los pensamientos que atravesaban mi cabeza se basaban en la injusticia que considero que la vida nos haya arrebatado a semejante artista y nos deje a tantos que valen muy poco la pena. Imaginaba como sería la música si el gran y creativo Freddie Mercury siguiera aquí, cuántos éxitos más hubiese cosechado la banda y sobre todo la gran felicidad que me hubiese significado el hecho de concurrir a un show de Queen. Pero parece que eso que dice la canción "No One But You" se ha cumplido en muchos casos: "uno por uno, sólo los buenos mueren jóvenes". Y en este caso... estamos hablando de un grande.