En 1920 nace en el mundo literario uno de sus personajes más importantes. Para resolver la muerte de la señora Inglethorp aparece el pequeño detective belga Hércules Poirot. Junto con Miss Marple fue una de las creaciones más importantes de la escritora inglesa Dame Agatha Christie (cuyo nombre real era Agatha Mary Clarissa Miller).
A través de más de 80 narraciones (entre novelas y relatos cortos), la autora pone al detective en el lugar correcto para que, sin necesidad de la fuerza o superpoder alguno -incluso a veces sin seguir pistas físicas- resuelva de manera lógica los misterios que se le presentan. En El misterioso caso de Styles el público conoce a Poirot cuando es invitado a resolver el caso de la misteriosa muerte de Inglethorp. Hasta su muerte, Agatha Christie lo dotó de una lógica e inteligencia superior a aquellos personajes que compartían sus aventuras literarias.
Poirot llegó a ser uno de lo más grandes detectives, junto con Sherlock Holmes (creado por Sir. Arthur Connan Doyle en 1887). Esos detectives que desearíamos que existieran ahora, aquellos que no dejan cabos sueltos, que dan rienda suelta a su imaginación pero que siempre dan con el asesino. Además se convirtió en el único personaje ficticio en tener un obituario en el New York Times (
El pequeño hombre de cabeza de huevo, de bigote tieso y militar, de nariz rosada y de vestimenta pulcra pero pintoresca ha sido capaz de resolver un asesinato sin poseer arma asesina, teniendo en contra a la policía, algún crimen que se produjo en una habitación cerrada con llave, o en que todos los sospechosos estaban desarrollando alguna actividad cuando ocurrió, varios en trenes, hasta en un avión.
Desde chica supe de la existencia de Agatha Christie y de su Hercules Poirot. Creo que todos sabemos algo, aunque sea mínimamente de este personaje, o por lo menos lo hemos escuchado nombrar. Lo cierto es que fue recién de adolescente cuando lo empecé a leer, o la empecé a leer, o empecé a leer a aquel narrador que la autora quisiera que contara la historia.
La última novela que terminé de leer, a esto viene mi nota de hoy, es Asesinato en Mesopotamia. Esta vez la escritora decide ponerle voz a la enfermera Leatheran, quien se encarga de relatar desde su punto de vista los sucesos anteriores y los que siguieron a la muerte de la señora Leidner, esposa del arqueólogo encargado de una expedición en Medio Oriente.
Ya el comienzo me pareció un recurso literario destacable. El prólogo está a cargo del doctor Giles Reilly, uno de los miembros de la mencionada expedición arqueológica, quien sugirió a Leatheran la crónica de los hechos que habían ocurrido cuatro años antes; el Capítulo I, en cambio, relatado por un narrador omnisciente y la enfermera recién se hace cargo de la exposición en el Capítulo II.
Esto realmente llamó mi atención dado a que los últimos libros que leí no tenían algo de tal característica. Eso me hizo recordar lo mucho que me gusta la autora. Avanzando en los capítulos me fui metiendo más en la historia, el crimen no parecía llegar, hasta que llegó y todo se fue desenvolviendo gracias a las actuaciones de Poirot.
Asesinato en Mesopotamia incluye un croquis de las habitaciones donde se alojaban los miembros de la expedición, dibujo al que el lector se ve obligado a volver varias veces, sobre todo en el final. Como siempre, la resolución es asombrosa pero nunca deja de ser lógica.
Sí, volví a recordar lo mucho que me gusta esta autora, siempre presente en mis vacaciones de verano (ellas son una excusa para comprar uno o más libros de Agatha) y por eso quería hablarles un poco de ella y de su máxima creación.
Siempre destaco que los relatos me tengan en vilo y ella nunca me falla. Las últimas páginas fueron agonizantes a tal punto que hasta dejé de dormir en el colectivo (mi segunda cama, como yo siempre digo) para terminar de leer.
Hoy apenas la vi a mi hermana le dije “increíble este libro” y lo mismo les digo a ustedes. Si ya entraron al mundo de Agatha comenten y sino…. los invito a acompañarme
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