lunes, 7 de febrero de 2011

Lo que Marta nos dejó

por LUNES


Nuevamente el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) se llenó de vivos colores, mucho flúo, fuccia y verde, la psicoledia del movimiento pop. Es que hace un año atrás se exponía Mr. América, muestra temporaria de obras de Andy Warhol. Una de ellas, Pago de la deuda externa argentina a Andy Warhol (1985) conecta al artista estadounidense con su amiga y colega Marta Minujín.

A partir del 26 de noviembre del año pasado (y hasta el 14 de este mes, según la página del museo; o hasta hoy, según los carteles del museo y el programa de la muestra) la curadora invitada Victoria Noorthoorn propone un recorrido por Marta Minujín. Obras 1959-1989.

¡Revuélquese y viva!

A principios del siglo XX la vanguardia artística propuso un acercamiento entre la vida y el arte además de un cuestionamiento hacia la institución Arte. A pesar de que el objetivo de las vanguardias ha fracasado y se han institucionalizado sus expresiones a mediados de la centuria pasada surgió un nuevo movimiento que reconfigura la relación arte-vida. El pop se presenta relacionado con la abstracción y el dadaísmo. Al igual que artistas de esta corriente, como Andy Warhol, Marta Minujín utiliza elementos de la vida cotidiana para la creación de sus obras.

Desde el informalismo practicado en Francia a comienzos de los sesenta, Minujín utiliza elementos como goma espuma, cajas, espuma de afeitar para realizar sus primeras obras el país europeo. La muestra recorre el trabajo realizado por la artista desde que consiguió la beca del Fondo Nacional de las Artes para estudiar allí hasta fines de los ochenta (aunque incluye obras de estos últimos años también)

En Francia, cansada de la estructura en dos dimensiones del cuatro clásico comienza a experimentar con esculturas a base de cartones. Además comienza a desarrollar su trabajo utilizando los famosos colchones, que recoge de la calle o de hospitales. Una de las obras que se encuentran en Marta Minujín… es una escultura de colchones en la gama de los grises y negros.

En la misma sala del Segundo Nivel del MALBA se encuentra documentación gráfica de la performance La Destrucción (1963) en la que varios artistas son invitados por Marta para reformar su obra de colchones y luego destruirla. Como una queja a la institución, la artista decide rociar con gasolina su obra y prenderla fuego. Fue el primer “Suceso Pop” –como Minujín lo llama en su página- de muchos otros happenings que caracterizaron su obra.

Siguiendo con el recorrido que nos propone la curadora llegamos a la sala de los colchones, envidia de cualquier vidriera de colchonería. Decenas de esculturas hechas con este material y pintura fluorescente están expuestos en el lugar, entre ellos la más famosa de este tipo: ¡Revuélquese y viva! (1964-1985). Estructura rectangular habitable, fue concebida para que el público forme parte de ella, que juegue, que extraiga la parte lúdica de la obra, para que intervenga y la modifique a su manera. Incluyen además obras de la década pasada hasta Para hacer el amor inadvertidamente (2010), conjuntos de colchones y almohadas pintadas con pintura de color llamativo en la que los cuerpos en el acto sexual no podrían ser encontrados dado a la cantidad de capas capaces de esconder a los posibles protagonistas.

En la misma sala se reconstruye la Galería Blanda, con colchones donados por la empresa Piero que luego serán entregados a la Ex Casa Cuna. Esta estructura, de 180 piezas propone sólo un requisito: que el público entre sin calzado. Una vez adentro se puede relajar, jugar, mirar las pantallas o escuchar la música que lo ambientan. Dentro de la estructura que presenta un museo –a pesar de los cambios que se dieron en el ámbito artístico para que esto no sea así- Minujín invita, como en 1973, a que el público sea parte de obra, a que se revuelque y viva.

Concepto Minujín

Se puede decir que toda obra de arte es conceptual. A pesar de haber arte figurativo, aún en la actualidad, ninguna obra se encuentra exenta de concepto. Sin embargo cuando hablamos del arte de idea debemos considerar este elemento como el central en la creación de la obra. La idea prevalece sobre los aspectos formales del producto, el cual puede llegar a desaparecer luego de que el concepto sea exhibido.

A partir de comienzos del sesenta Marta comienza a hacerse del arte conceptual para expresar ideas relacionadas a la política y al arte. Ya hemos hablado de La Destrucción, momento a partir del cual comenzó incursionar en los happening. Las expresiones de este tipo que Noorthoorn planea dar a conocer, se sustentan en el archivo personal de la artista: notas periodísticas, planos, ideas volcadas en papel, diseños, listados, videos, fotografías.

Se reproduce parte de El Batacazo (1965) gracias a los tubos de neón al fondo de una de las salas y a una proyección en el piso, cerca de ellos. El espectador puede ser parte de algo de Minu-Code (1968) al entrar en una sala en la que sus cuatro paredes reproducen los videos de cuatro coctails. El espectador llega a ser parte de esa(s) fiesta(s) en el Center for Interamerican Relations, más de cuarenta años después ya que las escenas se proyectan en su propio cuerpo y a su vez este proyecta su sombra en las telas. Afuera de esa sala blanca se encuentran recortes de lo que fue ese happening y cómo se estructuró su presentación. No se deja de lado, entre otros, Simultaneidad en simultaneidad (1966), Nicapenning (1972) y Kidnnapening (1973) –estos últimos dos mediante registro fotográfico. El paratexto en las paredes da un resumen de lo que fue cada happening expuesto provocando las ganas de haber estado ahí para ser testigos de una argentina abriéndose un lugar en la avant-garde en el mundo del arte.

El espectador puede participar, sin embargo, de un fragmento de la obra de 1975: Academia del fracaso. A través de un test de más de una veintena de preguntas (en cuatro fotografías ampliadas, ubicadas en una de las paredes), el público puede saber que tipo de fracasado es. En ese lado, al final de la sala, fin de la exposición del Segundo Nivel del Museo, un video en el que se la ve a Marta Minujín invita a seguir el recorrido por el Primer Nivel –Sala 3 y Terraza- porque la muestra no termina, sigue el “¡arte, arte, arte!”.

De Primer Nivel

En la terraza, más allá de Fitotrón de Luis Fernando Benedit, se ven algunas de las esculturas fragmentadas que realizó la artista. Las expuestas en esta ocasión tienen en común divinidades y figuras de la antigüedad desfragmentándose –y algunas componiéndose.

Sobre los pedestales se sostienen obras como: Venus Apocalíptica Triplicandose, Venus Apocalíptica, David, Apolo, Venus Fragmentándose en Technicolor, Diacronía Sincronía, entre otras.

En la Sala 3, una selección de fotos acerca a los concurrentes con algunas obras efímeras de Minujín. El arte efímero implica que la expresión artística es fugaz, la obra no está pensada para que perdure en el tiempo sino que es su destrucción y su transformación lo que la caracteriza. Muchos artistas eligen utilizar materiales que cambian con el paso del tiempo o hacerlo en lugares transitados (esculturas de arena, pinturas de tiza sobre las calles), otros disponen de la alteración que el público sea capaz de provocar (esculturas con golosinas, papeles que el espectador agarra).

La descripción de las esculturas efímeras de Marta acompañan las fotografías. La curadora permite que el espectador, de cierto modo, reconstruya el Carlos Gardel de Fuego (1981), La Torre James Joyce de Pan (1980), El Obelisco de Pan Dulce (1979) o El Obelisco Acostado (1978).

Pantalla gigante, proyección de video, Marta Minujín en 1983. Nos encontramos ante una de las obras más importantes de la artista, o por lo menos aquella que condensa la historia más conmovedora de nuestro país. Se trata del Partenón de Libros, construido en 9 de Julio y Santa Fe, estructura de metal cubierta de libros prohibidos durante la última dictadura militar. Encierra en el metal y los 30.000 libros utilizados (número que además se acerca a la cantidad de desaparecidos durante el gobierno de facto) una reacción a lo que pasó y un reconocimiento a la etapa que estaba iniciando. Se dice que esta obra es el “monumento a la democracia”.

De ella sólo quedan documentos ya que es otra de las obras efímeras de la artista. El Partenón de Libros, luego de tres semanas, fue desarmado y una parte de los libros fue donada y el resto fue repartido entre el público. Lo que queda de esa obra son los videos, la maqueta, los planos y dibujos, los recortes del archivo de Marta. Lo que queda de esa obra es lo que significó. Lo que queda de la obra de Marta no es sólo lo palpable que se ve en esta gran muestra, sino también permanece aquello de lo que aún hoy se habla y ha llegado a recorrer los principales centros artísticos del mundo y que hasta incluye sus frases. “Arte para vivir en arte”.


El Batacazo

¡Revuélquese y viva!


Venus Fragmentándose en Technicolor



El pago de la deuda externa argentina a Andy Warhol

1 comentario:

  1. Quiero más imágenes, definitivamente, alguna tiene q aparecer al costadito, permanentemente!
    Esta es una de las cosas que envidio de Bs. As...
    Muy buena entrada
    Viernes

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