jueves, 2 de diciembre de 2010

¡SI, ACEPTO!

¡Hola!

¿Cómo están?

Les confieso que pensé mil veces si escribía o no hoy, porque creí que iba a sentirme una caradura con mucha vergüenza y la verdad es así como me siento ahora que decidí escribir, pero, como dije antes acepto la sugerencia de la señora Lic. Marta Orsvhelt y prometo mejorar, porque amo el blog y se que mis compañeras escriben super bien y no me parece que yo tenga que arruinarlo.

Ahora sí empezamos:

Por el año 2001 un tío me regalo para mi cumpleaños algo que reafirmo lo que desde siempre estuvo latente en mi, una idea que tenía el futuro asegurado.

El regalo fue una “máquina de escribir”, cuando la vi me emocioné un montón, no sabia si era algo que debía ser para mí, no me creía digna de semejante sorpresa (puede sonar exagerado, pero así lo sentí), como ese día era mu cumpleaños no tuve tiempo de ponerme a explorarla.

A la noche cuando me quede pensando y riendo con el último pedazo de tora, una vez sola en mi pieza, me animé a sacarla del ropero, me di cuenta que era muy pesada, pero ahí nomás dije que esa mochila era la que quería tener siempre.

Busque una hoja y no se me ocurría nada, no se si por el entusiasmo o que, pero nada salía, asique sin una idea firme de lo que quería plasmar escribí un título que al leerlo me causo risa: “Un capítulo de mi País”.

Así como un relámpago, que sin avisar aparece y deslumbra me lance a escribir, escribir y escribir, hojas y hojas.

Cuando terminó el transe tenía cinco hojas, me sentí orgullosa, pero al releerlo me di cuenta que no se entendía nada de nada, que era una mezcla de ideas, igual lo disfrute y hasta el día de hoy estan guardadas como un tesoro.

Hace un mes, más o menos, realizando una profunda limpieza en mi cuarto encontré un montón de hojas escritas a máquina, al principio no me acordaba que eran ni porque las había guardado, pero cuando las empecé a leer, resultaron ser ESAS hojas, que si bien carecen de sentido periodístico, están pésimas redactadas, reflejaban momentos de esos años, me hicieron muy feliz llenándome los ojos.

Lo que siempre recuerdo es que desde que pude hablar tengo un romance con el periodismo (el único romance en mi vida, que además es hasta el infinito y más allá), cuando tuve 10 me comprometí con elegir esa carrera, pero ese día cuando termine de escribir mis primeras notas, ese día supe que es lo que quería por el resto de mi vida, que con esta profesión sería feliz siempre y me dije: ¡Sí, acepto!

¡Que tengan un fin de semana genial!

¡Saludos!

¡Jueves!

1 comentario:

  1. me encanta la pasión q tenés por lo tuyo!!!!!!!!!!!!
    viernes

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