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Bueno, como saben, el martes pasado la selección argentina de fútbol jugó un partido amistoso con España, el último campeón del mundo. El partido se venía palpitando hace meses y se sabía que se iba a jugar en el Estadio River Plate, en Núñez. Finalmente las entradas se pusieron a la venta y muchas se agotaron enseguida.
A las 17 hs del día 7 de septiembre la gente colmó el Monumental de celeste y blanco -sólo un sector de las plateas altas fue ocupado por hinchas españoles- y lo llenó con el espíritu mágico de la pasión argenta. A pesar de pensar al partido como difícil y casi imposible la gente se vistió de fútbol para apoyar a la selección.
Mi intención no es comentar el partido, porque seguro lo vieron, no les interesa, ya escucharon o leyeron algo y además no soy periodista deportiva (aún, uno nunca sabe jaja) sino darles una imagen -si se puede- de todo lo que se siente al estar ahí. Me ayudo de canciones futboleras de Bersuit, muy utilizables en este momento.
Personalmente era la primera vez que iba a la cancha, no soy hincha de ningún equipo pero me gusta el fútbol y lo miro (no soy fanática pero algo veo) entonces estar ahí, en una cancha tan grande, llena de gente, tan cerca del arco fue el primer disparador de mi sonrisa. Además estaba acompañada por una amiga que vino de Rosario a ver este evento.
Banderas al viento en la bienvenida, el público arengaba, se impacientaba, quería que empiece este momento histórico en el que el equipo campeón del mundo (salvo el lesionado Carles Puyol) se enfrente a los dirigidos por Batista. Con mucho respeto los argentinos recibieron a los jugadores españoles y luego a los nacionales, con el estadio viniendose abajo en cantos y aplausos. Cada vez que se asomaba alguno de cualquier selección los concurrentes se paraban a aplaudir comprobando que la camiseta es como un dios, no importa cuál sea el color.
Después de la entrada en calor, que incluyó un "quemado" de los suplentes del equipo campeón, creció la impaciencia hasta que ambos equipos ingresaron en la cancha. En ese momento y todos de pie empezó el himno español que fue bastante (no del todo) respetado por la hinchada argentina. Seguido empezaron los acordes del Himno Nacional Argentino y el público comenzó el tarareo que la hinchada hizo popular en el último Mundial de Rugby. Fue ahi cuando, entre la alegría y la incredulidad de estar ahi, la piel se me puso de gallina sobre todo cuando la música continuó al son de "oh juremos con gloria a morir, oh juremos con gloria a morir"... Subiendo al latido de esta vibración.
Ya empezaba el partido, todos internamente rogábamos que se de la orden y movela como sea, que ya llegó la hora del baile de la gambeta. Los 90 minutos del partido, los 15 de entretiempo y los minutos de espera fueron acompañados por palmas, clásicos "cantitos como": ¡Argentina, Argentina!; Ole ole ole, ole ole ole ola...; El que no salta es un inglés y algún que otro "oooh, uuuh" típico de un amague de gol. Por suerte los presentes pudimos gritar la palabra santa (GOOOOOOOL) cuatro veces, más de lo que esperaba cualquiera, a mis ojos que no creen. Aparecieron estos jugadores a los que necesitábamos ver para cambiar esta suerte, para ahuyentar la muerte.
El contexto es increíble, la gente feliz, mucho celeste, mucho blanco, muchas banderas, gorros y alguna que otra vuvuzuela (sí, vuvuzuela, no corneta). El estadio se venía abajo con jugadores como Tevez (el más aplaudido) o el capitán Mascherano. Cada jugada en que la pelota quedaba en los pies de nuestros deportistas se escuchaba el ya típico "oooole, oooole". “Carlitos” fue uno de los mejores de la cancha, una demostración de calidad. . No se sabe con que pie, se les va a ir otra vez. Una de las faltas hacia él fue la primera del partido
El primer gol estuvo a cargo de Messi, que se reivindicó después de no marcar ningún tanto en el mundial. Gambeteando y sorteando obstáculos fue con la fantasía a la estrategia fría. De donde se lo juega todo, sin revancha ni refran llegó Higuain para marcar el segundo, dejando a varios españoles en el camino. El tercero se produjo gracias a un error del arquero español Pepe Reina, al que se le escapó la pelota. Pero si la suerte ya está echada hay que aprovecharla como hizo Tevez, con su garra y viveza de siempre y logró definir. Toda la vida es un baile y te pueden bailar.
En el segundo tiempo llegó el gol de España a cargo del gigante Llorente. Pero el equipo argentino la siguió peleando y si me pintan la cara hoy no me voy a achicar, cuando me muerda la pena no voy a llorar. A los pocos minutos antes de que termine el partido vimos algo que nos sorprendió: como quiebra la cintura y la razón, se acomoda en el aire el pájaro para pintar ese gol... Y es el final del partido, nos asombró Agüero que con un cabezazo metió un gol de corazón.
Y por que si, porque sobran las bolas como vimos el martes y queremos seguir viendo. Fue un contexto que afirmó que si no hay copa, que haya cope para la gente, que salta sobre el dolor y nace nuevamente...
Yo veía el partido por tv, y pensaba "Lunes esta ahíii"
ResponderEliminarLa celeste y blanca nos puede, no hay vuelta q darle...