por LUNES
Soy una persona rara, lo acepto. Soy medio fría con algunas cosas, aunque me emocionen generalmente contesto con un seco "que bueno" o "sí". No suelo ser así sin embargo con mis amigas/os. También soy bastante reservada, de lo que cuento casi siempre queda algo en el tintero para mí, a veces tengo distintas razones para eso pero generalmente es así. Además soy sensible con algunas cosas y totalmente piedra para otras, por ejemplos las películas románticas, trágicas... Yo prefiero que muera el protagonista y no que sobreviva como héroe olímpico. No me gustó taaanto Diarios de una pasión, preferí la cruda y más real 500 días con ella. No me gusta Arjona, ni Chayanne ni todas las mermadas que le suelen gustar a las mujeres. Escucho desde tango hasta rock y reggae, pasando por un poco de pop y hasta gospel.
Pero hay algo que siempre me emociona y me hace pensar en la grandeza de cierta gente. Cuando fuimos a Córdoba, por ejemplo, la selección argentina de "pato" hizo oídos sordos a nuestro pedido de fotos. Sin embargo los mejores del mundo, los brasileros, se acercaron muy amablemente a todas las locas que se morían de frío y se volaban con el viento en la puerta de su hotel. Estas dementes (incluidas 4 de las 5 materas) se sacaron fotos hasta con el mejor "patista" (¿?) del mundo y esta humilde "escritora" lloró como tonta.
Algo parecido me pasó hace algunas semanas en la costa. Todos los años (desde hace cuatro, mas o menos) vamos a ver un espectáculo dirigido por Alejandro Borgatello. Borgatello es un transformista que hace teatro independiente en capital y hace temporada en la costa con espectáculos que cada vez se llenan más. Desde que lo vi por primera vez lo admiré, por esa chispa que tiene en sus monólogos, por el respeto, por decir cosas tan verdaderas que resultan graciosas. Pocas veces lloré de la risa y con él lo hice.
Y como todo talentoso, como todo grande, carga con una humildad admirable. La primera vez que lo vi yo había ido con un amiga y un amigo (ex compañeros de teatro) y lo buscamos para que nos aconsejara sobre una carrera artística. El resto de las veces esperó (junto a sus compañeros de elenco) a los espectadores en la puerta del teatro, para saludarlos uno por uno.
Este año tomé coraje y le hablé. Y la razón fue que armé una página de facebook dedicada a él, que él conoce y en la cual comentó algunas veces. Eso me llenó de alegría pero lo que más emoción me dió (y una emoción visible) fue cuando me dio un gran abrazo sincero y me dijo "sos una divina, muchas gracias". Aparte que me pidió disculpas por ser medio colgado con el tema del facebook, cosa que nunca le reclamé. Hasta mi hermana se dio cuenta de mi emoción, se me llenaron los ojos de lágrimas y casi me pongo a llorar. Estuve un ratito hablando con él, sólo un poco porque toda la gente lo quería saludar.
Borgatello es director y actor. El año pasado dirigó Made in Lanús en el Laberinto del Cíclope y se encuentra en temporada en la Costa Atlántica actuando y dirigiendo Cabarute Show. El espectáculo es un humorístico con musical que recorre sketchs que mezclan clásicos argentinos (Tita Merello, Cacho Castaña, payada) con figuras bizarras de nuestro espectáculo (una excelente Zulma Lobato a cargo de Alejandro y una voluptuosa y graciosísima Lia Crucet, interpretada por Ariel Osiris), canciones en francés, una ruidosa enfermera, una ex-monja buscada por la policía y la escena final en la que los cuatro actores actúan junto a una persona del público.
En Cabarute Show, como en Humorísimo, Como Locas o Escándalo (de los años anteriores) Borgatello se encarga de los monólogos más graciosos del show. Los concurrentes participan con sus risas, aplausos y son interpelados por él. Y algún que otro afortunado (o no jaja) es llamado para subir al escenario.
En un espectáculo para compartir en familia, todos se ríen y es un tema de conversación y de anécdota para los días siguientes. Y que cuatro personas te hagan olvidar de lo malo que puede pasar, dejarte con la panza doliendo de la risa se tiene que agradecer. Y es cuando recibe los agradecimientos, que Alejandro Borgatello demuestra no solamente que es talentoso sino un humilde, como todo maestro.
Pero hay algo que siempre me emociona y me hace pensar en la grandeza de cierta gente. Cuando fuimos a Córdoba, por ejemplo, la selección argentina de "pato" hizo oídos sordos a nuestro pedido de fotos. Sin embargo los mejores del mundo, los brasileros, se acercaron muy amablemente a todas las locas que se morían de frío y se volaban con el viento en la puerta de su hotel. Estas dementes (incluidas 4 de las 5 materas) se sacaron fotos hasta con el mejor "patista" (¿?) del mundo y esta humilde "escritora" lloró como tonta.
Algo parecido me pasó hace algunas semanas en la costa. Todos los años (desde hace cuatro, mas o menos) vamos a ver un espectáculo dirigido por Alejandro Borgatello. Borgatello es un transformista que hace teatro independiente en capital y hace temporada en la costa con espectáculos que cada vez se llenan más. Desde que lo vi por primera vez lo admiré, por esa chispa que tiene en sus monólogos, por el respeto, por decir cosas tan verdaderas que resultan graciosas. Pocas veces lloré de la risa y con él lo hice.
Y como todo talentoso, como todo grande, carga con una humildad admirable. La primera vez que lo vi yo había ido con un amiga y un amigo (ex compañeros de teatro) y lo buscamos para que nos aconsejara sobre una carrera artística. El resto de las veces esperó (junto a sus compañeros de elenco) a los espectadores en la puerta del teatro, para saludarlos uno por uno.
Este año tomé coraje y le hablé. Y la razón fue que armé una página de facebook dedicada a él, que él conoce y en la cual comentó algunas veces. Eso me llenó de alegría pero lo que más emoción me dió (y una emoción visible) fue cuando me dio un gran abrazo sincero y me dijo "sos una divina, muchas gracias". Aparte que me pidió disculpas por ser medio colgado con el tema del facebook, cosa que nunca le reclamé. Hasta mi hermana se dio cuenta de mi emoción, se me llenaron los ojos de lágrimas y casi me pongo a llorar. Estuve un ratito hablando con él, sólo un poco porque toda la gente lo quería saludar.
Borgatello es director y actor. El año pasado dirigó Made in Lanús en el Laberinto del Cíclope y se encuentra en temporada en la Costa Atlántica actuando y dirigiendo Cabarute Show. El espectáculo es un humorístico con musical que recorre sketchs que mezclan clásicos argentinos (Tita Merello, Cacho Castaña, payada) con figuras bizarras de nuestro espectáculo (una excelente Zulma Lobato a cargo de Alejandro y una voluptuosa y graciosísima Lia Crucet, interpretada por Ariel Osiris), canciones en francés, una ruidosa enfermera, una ex-monja buscada por la policía y la escena final en la que los cuatro actores actúan junto a una persona del público.
En Cabarute Show, como en Humorísimo, Como Locas o Escándalo (de los años anteriores) Borgatello se encarga de los monólogos más graciosos del show. Los concurrentes participan con sus risas, aplausos y son interpelados por él. Y algún que otro afortunado (o no jaja) es llamado para subir al escenario.
En un espectáculo para compartir en familia, todos se ríen y es un tema de conversación y de anécdota para los días siguientes. Y que cuatro personas te hagan olvidar de lo malo que puede pasar, dejarte con la panza doliendo de la risa se tiene que agradecer. Y es cuando recibe los agradecimientos, que Alejandro Borgatello demuestra no solamente que es talentoso sino un humilde, como todo maestro.
me encantó lo que ví de borgatello a partir de esta nota. quiero que haga giras!!!
ResponderEliminarun grosso, con la humildad que sólo tienen los REALEMENTE GRANDES! (Como en el caso de los jugadores de pato)
besotes
viernes