Por LUNES
La semana pasada se habló de una de las películas más aguardadas en el 2010, Sherlock Holmes. Pero sin duda la que más expectativas provocó fue Avatar del director de Terminator (1991), James Cameron. Finalmente el film más esperado llegó a las carteleras argentinas el primer día de este año. Algunos cines (especialmente aquellos que cuentan con salas 3D y el IMAX) hasta vendieron las entradas anticipadas, los espectadores no se podían perder el gran suceso cinematográfico. Pero Avatar, ¿llega a ser más que eso?. Cameron comenzó a escribir la historia en el 94, para 1996 tenía las ideas principales del guión ya desarrolladas. La película debía de ser estrenada en 1999 pero la visión del director del mundo donde se desarrolla la acción no concordaba con las tecnologías del momento. Los hechos se desarrolla en Pandora, una luna del planeta Polifemo, habitada por humanoides llamados na’vi.
Una empresa privada crea un proyecto para la explotación del mineral más valioso: el unobtainium, por lo que los humanos se encuentran en constante tensión con la tribu Omaticaya que habitan la región. La extracción se encuentra dirigida civil y militarmente – por Parker Selfridge (Giovanni Ribisi) y el coronel Miles Quaritch (Stephen Lang) respectivamente-, quienes tienen como objetivo el traslado de los nativos, para llevar a cabo la explotación sin mayores conflictos.
Junto con ellos trabaja la científica Grace Augustine (Sigourney Weaver) quienes idean la creación de varios “avatares”, unos cuerpos artificiales con mezcla de ADN humano y na’vi. Selfridge y Quaritch tienen como objetivo utilizar los avatares para ganar confianza con los Omaticaya y lograr que dejen su aldea en la “casa-arbol” (que se encuentra sobre la mayor reserva de unobtainium). Sin embargo la científica tiene otros fines: la exploración de la flora y fauna de la luna, y de la particular conexión entre sus habitantes y el ambiente que los rodea. Ella junto a Norm Spellman (Joel Moore) y al hermano gemelo de Jake Sully (Sam Worthington) prestan su ADN para ser luego conectados a sus avatares y compartir con los nativos. Al morir el hermano de Jake es este, ex marine parapléjico, quien ocupa su lugar.
En una de las misiones Sully es atacado por animales de Pandora y es salvado por Neitiry (Zoe Saldaña), una habitante nativa hija del jefe de los Omaticaya. A partir de este momento la historia se va haciendo más y más predecible. Desde un principio la explotación del unobtainium recuerda a la Guerra del Golfo, la Guerra con Irak (por la extracción del petróleo, encubiertas por la búsqueda de armas de destrucción masivas). Debido a que los nativos no tienen intenciones de abandonar su lugar la codicia lleva a los jefes a un desalojo menos amistoso, recordando además el sometimiento de China sobre la región del Tibet. Habla de la rapacidad y el desinterés de las grandes corporaciones y de la milicia de Estados Unidos.
Pero la película no se clasifica dentro del género bélico. En realidad si se quiere ubicar la película dentro de un molde el trabajo se complica. Porque también Avatar presenta una historia de amor, desde el momento en que Jake y Neitiry se conocen. La historia es predecible, desde que se conocen el espectador sabe qué es lo que va a pasar. Lejos de ser original, la historia entre la nativa y el avatar es una más del montón. Y se aleja de la fábula moral que critica a las grandes empresas y a la milicia, ambas historias no parecen concordar, aparentan estar juntas de una manera forzosa. Como en la leyenda de Pocahontas, Naytiri muestra a su conquistador su mundo y lo hace enamorarse de él (y de ella, claro) al punto que este lo llega a defender incluso poniendo en riesgo su vida. Cameron se basa además en la historia amorosa de Danza con lobos, aunque no menciona la acusación de plagio de la novela Call Me Joe de Poul Anderson, poco original.
Pareciera que el desarrollo de la historia, que llevó años, solo se centró en la creación de un nuevo mundo, de una nueva cultura e idioma. El argumento de la película flaquea y la historia de amor y la de la conquista no llegan a complementarse efectivamente. Al contrario de Titanic (1997) la pareja principal es un poco fría y trasmite poco a los espectadores acerca de la nueva relación que se va desarrollando. Solo unos cuantos “I see you” (“te veo”) revelan el creciente amor.
La creatividad entonces no se encuentra en el argumento que cuenta con típicos motivos del cine comercial hollywoodense (que es en definitiva lo que es Avatar) sino en Pandora. Cameron crea, gracias a las tecnologías de la primera década del siglo XXI, un mundo lleno de color y de magia. La belleza se encuentra en las criaturas, en la flora del lugar, en los na’vi, y sobre todo en las escenas nocturnas en que sus cuerpos y todos los seres vivientes brillan con propia luz. El director además colaboró con el lingüista Paul Frommer para la creación del lenguaje de la raza nativa, formado este por más de mil palabras. Ideó además una religión basada en la conexión de los seres con la naturaleza, con la ecología, por lo que recibió críticas del Vaticano.
Avatar es una película que “hay que mirar” por varias razones, todas relacionadas con el suceso contextual que acarrea. Se convirtió hace unas semanas en la película con más espectadores a nivel mundial, superando Titanic, tmabién de James Cameron. La semana pasada logró superar este record en Estados Unidos. Es una obra que viene anunciado una revolución tecnológica, que crea un nuevo mundo nunca antes visto en el Séptimo Arte. Consiguió varias nominaciones a los Golden Globes y se llevó el más importante: el de Mejor Película. Barrió también con las nominaciones a los Oscar, aunque a diferencia de los críticos extranjeros de los “Globos”, no destacaron el Guión Original.
Es un film solo para ver en cine, debido a que produce un deleite visual. Seguramente en DVD, en una televisión se perderá la única riqueza que tiene la película y dejará a la vista las falencias argumentativas que posee. Las nuevas tecnologías que usa, la utilización de 3D funcionan en esta película como una ilusión en la que pocas cosas se destacan fuera de lo visual (la actuación de Stephen Lang por ejemplo, el despiadado militar, de excelente actuación), ni siquiera deja un mensaje moralista acerca de la guerra y las invasiones, para eso solo falta mirar los diarios.
Pandora
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