martes, 9 de febrero de 2010

Dime como caminas y te diré que miras...


¡Hola! No se cómo empezar, si necesito presentarme, no lo se, tal vez lo haga con el transcurso de las publicaciones…

Hoy para que conozcan algo de mi y después de pensar y tomarme el tiempo, ese que queda después de rendir y una buena siesta, decidí contar una de esas conclusiones que saqué cuando estoy sola con mi conciencia…

Me dí cuenta que caminamos según nuestro estado de ánimo, tal vez no es novedad para algunos, pero para mí si lo fue…

En esos días que nos levantamos filosíficos y observadores o con la mejor sonrisa, porque nos pasó algo o sin algún motivo particular, una sonrisa que, sin darnos cuenta llama la atención y puede alegrar a alguien, ¿por qué no?, caminamos erguidos, con una mirada segura con la cual empezamos a percibir lo que nos rodea…y es en ese momento en el que sucede algo mágico, ¡descubrimos cosas!, que siempre estuvieron y muchas veces sorprende el tiempo pasó desde que alguien las miró por última vez, desde un simple gesto, un cartel de varias décadas atrás promocionando algo que ya no existe o alguien que solo necesita ser mirado; todos víctimas de la vorágine de la vida, los tiempos que cada vez son más cortos y de los días en los que el buen ánimo se queda durmiendo, y caminamos como si el mundo estuviera sobre nuestros hombros y solo vemos por donde pisamos, nuestra vida es sólo la que importa porque el egoísmo decidió colarse…


Así que amigos…les recomiendo que alcen la vista, paren un instante y observen a su alrededor, estén más atentos esos días felices…hay mucho para ver y creo que el tiempo es poco…

¡Hasta el martes!

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