viernes, 7 de octubre de 2011

Viernes: Cómo me desilusionas…

Desengaño. Desencanto. Desesperanza. Sorpresa. Contrariedad. Fiasco. frustración. Fracaso. Desaliento.

Cuando uno busca sinónimos de Desilusión, todas esas palabras nos dice Word que son equivalentes. No siempre, pero estas dos semanas para mi, si. Todas esas palabras son equivalentes.

Digamos que me pasó de todo, de todo negativamente hablando, esta semana. El martes ya me quería bajar del mundo. El miércoles por la noche, la ciudad sufrió un apagón de más de una hora, algo que es bastante inusual. A mí me agarró entrando a una heladería con Jueves. Iba decidida a ahogar mis penas en un chocolate nevado con frutilla, pero me había olvidado de que mi martes 13 se había salteado unas semanas, para atosigarme toda la semana. Y me tuve que guardar las ganas en el bolsillo y huir con mi amiga a un supermercado, que por ser primermundista tiene generador de energía propio y es buen reparo contra el viento y la tierra. Subiendo al colectivo (cuando ya había algo de luz)me robaron (quiero imaginar la cara de los ladrones mirando el tesoro que me habían robado: 200 pirotines de papel). Y ahí dije: NO VA MASSSSSS. Y quebré. De nuevo. Por cuarta vez en dos semanas. Lloraba en el colectivo como una pelotuda.
Casualmente ( o no tan casualmente, ya no sé) Lunes y yo quebramos en sincronía. Nos agarra juntas y separadas un desánimo inaguantable. Diferentes motivos, vidas diferentes, igual llanto.

Y a seguir, porque es lo que hay.

Y mientras terminaba de llorar, pensé en esta nota. En este sentimiento de desilusión. Con la gente, con la vida, conmigo. En la rabia y las ganas de insultar a todos esos que me dijeron que me sentía así porque seguro “te está por venir”. El desengaño de saber que hay gente que para nosotros es prioridad, pero para los cuales resultamos una opción. El desencanto de cruzarte con alguien a quien consideraste “amiga” y que ahora intenta evadir un saludo. La contrariedad de darte cuenta que esa amiga a la que escuchaste horas y horas, en el fondo no te conoce, o peor aún, quizás sí te conoce y aún así le importa tres carajos lo que pasa adentro tuyo. La sorpresa al darte cuenta de que gente que aprecias te consume la energía, pero aún así cedes (y vas a continuar cediendo, porque es muy difícil no perdonar a los que queremos). La Desesperanza de no tener esperanzas en uno, en que lo vayan a querer alguna vez, en que todo esté tan lejos. La frustración de no poder superarse, de desaprobar una vez más, de sentirse un verdadero Fracaso. Y el desaliento de recontar todo y no sacar nada en limpio. Sentirse una lacra humana y no poder hacer nada al respecto.
Tengo que rectificarme y decir que sí, saco en limpio algo de mi vida. Mi familia y mis amigas, que como si supieran, aparecen a la distancia. Como Lunes que está todo el tiempo. Para reírnos, para quebrar, para putear, para seguir. Como Jueves y Teo que sin necesidad de que diga algo, están ahí firmes al pie del cañón. Como mis papás que en lugar de retarme me dan fuerzas para seguir adelante. Como mis hermosas materas que están en todas.

Por suerte, la palabra desilusión encierra una palabra que prende una luz, para que no elimine más toxinas. Por suerte, mis ilusiones se fortalecen con la gente que me quiere bien.

3 comentarios:

  1. Hola Viernes
    Las cosas siempre suceden por algo y lo que te ha sucedido de seguro es para que te dieras cuenta de todo eso que escribiste. Aprender a separar tanta desilución y ver lo a veces poco pero maravillosamente bueno que la vida nos deja.
    No todas las manos van a ayudarte a levantar en una caida, pero las pocas que te llevan en el corazón lo harán sin dudar y con firmeza.

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  2. es verdad...todo sirve para darse cuenta!!!
    gracias por comentar
    viernes

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