Medalla de...

por LUNES

Y llega en ese momento, en que te subís ahí para recibir el reconocimiento mayor. Y en 5 segundos se te pasa todo por la cabeza: el momento previo a la buena noticia, lo que te costó llegar ahí, el esfuerzo hecho durante días.

Te acordas también de tus objetivos y te das cuenta de que a pesar de haber flaqueado alguna vez –o varias veces- no te merecés perder. Como deportista que sube al podio, estas esperando a que te coronen, esperando que el momento sea tuyo.

Y llegás ahí, con todas las esperanzas aunque nunca sabes al 100% si todo va a salir bien. A veces ni siquiera arriesgás a lo bueno ni a lo malo. Simplemente vas… y subis…

Sabés que por algo lo hacés, las personas lo hacen por algo distinto. Podés tener miles de razones, o solo una, pero lo hacés: te expones a lo que sea en ese momento, o al ridículo o a la gloria.

Se te cruzan por la cabeza los amigos y familiares que te apoyaron y esos que te tentaron intentando llevarte por el mal camino, a veces sin intención. Una vez cada dos semanas, una vez cada tres, una vez por mes me pasa. Algunos no tienen la presión que yo tengo, a otros no les interesa para nada –o eso dicen-, algunos se van al extremo en su interés.

Yo… elijo exponerme a eso una o dos veces por mes (aunque ahora sólo me dejarán una vez por mes).

Y llega en ese momento, en que te subís a la balanza para recibir el reconocimiento mayor de cuando la nutricionista te dice: bajaste medio kilo.

¡Me alegró el día Licenciada G.!