Para mi último cumpleaños, uno de los mensajes que recibí me
hizo llorar. Esos llantos de alegría y sorpresa que nos sacuden y nos hacen ver
la vida toda rosa. Ese mensaje fue el mejor regalo del mundo.
Era de una de mis
amigas de casa…ese mensaje era la prueba escrita de que los milagros Sí pasan.
Cuando al fin la pude ver, con su panzota hermosa, y toda su carita reluciente,
comprobé que las cosas buenas suceden, y hay que alegrarse por cada día.
El 19 de mayo, saliendo de clases, recibí otro mensaje, mi
mejor amiga me contaba que nuestra amiga ya había sido mamá…vaaaarios días
antes de lo planeado, pero la beba ya había nacido y todo estaba bien. Es
imposible que pueda explicar lo que siento, no lo voy a intentar porque
cualquier palabra que pueda dar, se queda cortita. Tengo un manojo gigante de
planes, regalos posibles, deseos de felicidad para esa hermosa princesita. Ya
la vi por fotos y es hermosa, una cachetoncita divina, que me inspira mucha
paz.
Después del viaje que hice hace un par de semanas me di cuenta de que estamos grandes…de que lo
que nos pasa es la vida, esto, ahora mismo. Mañana no existe, hoy estoy acá,
hoy es mi vida. A la noche, brindé por eso, por este momento. Por Catalina,
para que el mundo la trate como se merece, para que tenga los sueños firmes y
la perseverancia a flor de piel, para que los golpes que le duelan la hagan
sabia y fuerte para que el amor la llene y la llenen de amor.
Felicidades para todos, porque sí.
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