lunes, 23 de abril de 2012

Por no hablar con Kevin




por LUNES


Tenemos que hablar de Kevin. Tit. Orig: “We Need To Talk About Kevin” (Reino Unido, EE. UU.2011). SAM 18 – 112’ Dirección: Lynne Ramsey. Actúan: Tilda Swinton, John C. Reilly, Ezra Miller, Jasper Newell, Shelly Gerasimovich



Meses después de su premiere en el Festival de Cannes, llegó a las salas de nuestro país esta producción de la BBC, entre otras productoras, basada en el libro homónimo de 2003 de Lionel Shiver. Tenemos que hablar de Kevin retoma la temática del hijo (adolescente) difícil, perturbado, tratada ocasionalmente en el cine y en la televisión. Como Tate (Evan Peters) en la serie American Horror Story o Tracy (Evan Rachel Wood) en la película A los 13, Kevin (Ezra Miller) es un joven en conflicto casi constante con su madre, Eva (Tilda Swinton). Desde la concepción, no es un ser querido por ella, de lo cual él está muy consciente.

Haciendo uso de los flashbacks, Ramsey desarrolla la relación madre-hijo, un vínculo de rechazo, violencia, antipatía que cuando parece mejorar vuelve inmediatamente al punto de partida. Kevin la ignora, la maltrata pero la falta de cariño es recíproca aunque no explícita. En el otro extremo está la relación padre-hijo, de total confianza y amor.

La directora escocesa opone a Kevin y a Eva: los sienta enfrentados en el piso, los sienta enfrentados en sillas; y los separa: mediante la mesa de la cárcel, sus espaldas y sus propios sentimientos. La madre nunca es capaz de exponer sus emociones (excepto cuando su hijo es pequeño y le manifiesta su desprecio y es escuchada por su horrorizado marido - John C. Reilly).

Las cosas terminan (o comienzan a terminar) de arruinarse cuando el adolescente causa que su pequeña hermana Celia (Shelly Gerasimovich) pierda un ojo. La falta de culpa hace que su madre reaccione en su contra y sus actitudes sean centro de las charlas del matrimonio. A pesar de esto, padre y madre no mantienen un diálogo que busque afrontar los problemas del joven.

Madre e hijo comparten un día que culmina con una cena en la que Kevin empieza a ser interrogado por ella. Como si no hiciera falta hablar de cosas, él la interrumpe y adelanta las preguntas que ella puede llegar a formular pero no da respuestas. “Qué bandas estoy escuchando estos días, ¿no?” Bien podría haber dicho Marilyn Manson.

Típica historia americana, quizá, pero realizada de manera original sobre todo gracias al uso de los flashbacks, del rojo como premonición de que algo malo pasa, de la música y la gran actuación de sus protagonistas (Tilda Swinton fue nominada a los Globo de Oro por este rol). La historia de Kevin bien podría ser relatada en algún documental de Michael Moore (Bowling for Columbine: Un país en armas les puede dar una pista acerca de qué se está hablando). Reales o no, personajes e historias como los de Tenemos que hablar de Kevin son capaces de erizar los pelos de los padres que creen que estas cosas no pasan en los mejores hogares.




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