por LUNES
Como les conté la semana pasada, se acercaba mi cumpleaños. A pesar de caer domingo, se diferenció mucho de mis usuales diminguicidios. El 11 es el cumpleaños de mi mejor amiga entonces, como todos los años, después de las 00.00 fue mi turno de soplar la velita y de, como dice ella, robarle protagonismo. Claro que no es tan así, porque siempre nos ponemos de acuerdo en qué hacer y, a pesar que sólo nos distancie un día, tengo bien en claro que es ella la que cumple primero. Como nos conocemos desde los 3 años (o sea que hace casi 21 años), pasar nuestros cumples juntas es casi una tradición pero sólo de grandes se fue implementando lo de las 00.00. La primera en escribir fue VIERNES. MIERCOLES estaba conmigo así que también fue de las primeras en saludar.
Por suerte tenemos amigos en común y podemos salir todos juntos. Terminamos el sábado copando medio boliche, eramos unos 20. A pesar de ser multitud la pasamos muy bien, nos divertimos y reímos como siempre.
El domingo tuve con una invitación bastante inesperada de alguien bastante inesperado pero que no se pudo concretar. Así empecé mi día, de una forma bizarra (superó totalmente lo raro). A las 11.30 estaba otra vez despierta y empecé a poner las manos en la maza, casi literalmente. Estuve en pastelera mode on: brownies, alfajorcitos de dulce de leche y pasta Bon o Bon, arroyaditos de dulce de leche y pasta Bon o Bon, cubanitos bañados y no.
Desde las 14 empezó a llegar gente y hasta cerca de las 21.30 ocuparon mi casa. Mis amigas me hicieron regalos muy útiles que la próxima semana les contaré a que se destinan. Todas mis cosas dulces tuvieron mucho éxito. Se me pasaron esas horas volando, recibí llamado de Estados Unidos, visitas fugaces y otras no tanto, muchos saludos por todos los medios, muchas atenciones.
Me olvidé del martirio de cumplir 24, ahora que pasó el día me siento igual que siempre, incluso mejor... No es tan grave...
La visita de la hija de mi amiga me llena el alma, las amigas y amigos que se acercaron a saludarme y se bancaron unos mates a pesar del calor me hacen sentir querida, los saludos y felicitaciones por este momento me hacen sentir bien, la concurrencia de mis familiares me hace sentir más cercana a ellos.
La visita de la hija de mi amiga me llena el alma, las amigas y amigos que se acercaron a saludarme y se bancaron unos mates a pesar del calor me hacen sentir querida, los saludos y felicitaciones por este momento me hacen sentir bien, la concurrencia de mis familiares me hace sentir más cercana a ellos.
Siempre dije que me gustan mis cumpleaños pero creí que este iba a ser distinto pero no de la mejor manera. Contrariamente, sentirme llena de cariño hizo que el vaso medio vacío se empiece a llenar a tal punto que casi rebalsa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario