Hace un par de días me encerré a estudiar en mi habitación. No revisé facebook, ni agarré el celular. A eso de las veinte, salí de mi guarida. Cuando abrí face leí algo y me quedé helada. No quise malinterpretar, así que agarré el control remoto y cambié de canal. No, no me había equivocado. La noticia en todos los canales era la misma: habían encontrado en cuerpo sin vida de Candela.
Como muchos en el país, la desaparición de esta nena, me preocupaba. Ver su carita en tantos medios me daba la expectativa de que el sufrimiento de su mamá se terminaría en cualquier momento, pensé que Candela iba a aparecer con vida. Pero no. Nos equivocamos. Esa mamá no va a volver a abrazar a su angelito, no va a verla crecer, no va a verla más. Y Candela solamente tenía 11 añitos.
Nos tiene conmocionados, asustados, heridos. Tenemos bronca, impotencia, dolor. Exigimos que las cosas cambien, queremos salir a la calle y ser LIBRES.
Me molesta en casos como este la utilización política que se hace a raíz del dolor. La especulación de los medios. Que salgan en un cruce los oficialistas y los opositores, que los medios intenten vender con la pena ajena. Me dan ASCO.
Si fue un caso de inseguridad o un ajuste de cuentas, el tema es que se haga JUSTICIA. Que vivamos en un país en el que estas cosas no pasen NUNCA MÁS. Que los desaparecidos queden atrás, realmente, que no haya más gente desaparecida en democracia. Que se sepa que estamos cansados, que no se pide venganza, sino JUSTICIA, para todos, porque gente como la que asesinó a esa nena puede andar libe por la calle, tomándose el colectivo con vos, sacando numerito para que te atiendan en el almacén, caminando a tu par, con total IMPUNIDAD.
Salimos a la calle con desconfianza. Sospechamos de todo el mundo y por eso mismo cada uno está en la suya, y caemos de nuevo en una sociedad basada en el “no te metas”, esta vez en “plena” democracia.
Escuchaba por ahí, un pedido, un ruego de la gente, que la muerte de Candela no haya sido en vano. Y me da miedo pensar que pueda ser así. Que no sea la última, que el resto de las cientos de personas que no aparecen, jamás lo hagan. Me da pavor pensar que como sociedad lleguemos a acostumbrarnos a estas cosas, que el dolor nos curta. Quiero creer que las cosas pueden y van a cambiar. Que no olvidar nos sirve, que unidos como estamos logremos ese país que queremos. El miedo no nos puede ganar. Tenemos que replantearnos las cosas de verdad.
Nuestro pésame a todas las personas que quisieron a esa nena preciosa, y nuestras esperanzas depositadas junto a aquellas familias que todavía esperan.
Viernes
Hola
ResponderEliminarEstaba en el negocio cuando escuche por la radio el fatal final.
Pido justicia, pido castigo, pido que esto nunca más pase y pido por Candela, Sofía Herrera,María Cash, Julio López, Raúl Telechea, Fernanda Aguirre, Erica Soriano, Marita Veró, y tantos otros.
Que esto no se vuelva cotidiano, que nos siga importando e indignando,porque la gente sabe que esto no se puede seguir permitiendo, que todas decimos que esto no lo soportamos, porque ellos son nuestros amigos, nuestros hijos, nuestros padres.
VERDAD Y JUSTICIA.