viernes, 3 de agosto de 2012

reporte de viernes


Aquí Viernes reportándose. Sin novedades en el frente. Con dudas por los flancos derecho e izquierdo y la misma sensación de rareza que no se (nos) va. En la última semana sin cursar, y con una desilusión increíble (de mi misma) opté por no levantarme de la cama, leer (poco y en la cama), asomarme al mundo para prepararme un café (que tomé en la cama),o buscar rodhesias (que no comí en la cama porque es un asco) y entrar en breves (pero graves) ataques de llanto. Y esa fue mi rutina desde el domingo hasta hoy. (a excepción de breves ráfagas de realidad:  el miércoles porque tuve clases y cené con Jueves y del martes porque vi a Pochoclo e iluminó estos días grises)
¿Qué doy pena? Si, doy pena. ¿Qué no puedo vivir a café, té, sopa y rodhesias? Si, sé que no debo. ¿Qué me pasa? Ni idea. ¿Creo que así lo voy a solucionar? Sé que no. ¿Entonces? Entonces, nada, no tengo ganas. Ni de pensar, tomar decisiones o de hacer algo. Quiero estar con mamá pero no puedo. Quiero viajar pero no puedo. Quiero ser inteligente y constante y no lo soy. Quiero estar enamorada pero no le intereso a nadie. Quiero todo lo que no soy, tengo o puedo. Así que la cama es mi aliada número uno para no pensar, sentir o volverme loca.  Es la mejor idea que se me ocurre.

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