lunes, 2 de julio de 2012

Dias raros

por LUNES

Honestamente, hoy no sabia sobre qué escribir. Esta semana vi películas, pero ya son clásicos (El Padrino II y The Shawshank Redeption) y creo que no aporta nada si escribo algo. Estuve medio mal estos últimos días, me pasa por comer cualquier cosa, creo que fue algo merecido. Ayer ganamos un partido muy fácil y estoy encontrando más compinches en mi equipo.Hoy el día está nublado así que mi humor no es el mejor, a pesar de sentir que esta semana promete. 

Entonces decidí hablar algo que me tiene a "maltraer", por decirlo de alguna forma. Se están acercando los días en que se cumple un año que me fui a Estados Unidos. Mi primer viaje al exterior, sola, más de medio día metida en un avión, viajando sobre la nada para aterrizar tres semanas en un país completamente distinto. Completamente distinto entre barrio y barrio, ciudad y ciudad, Estado y Estado y distinto a Argentina. Distinta la gente y las costumbres, ni mejores ni peores... distintas.

Nunca me voy a olvidar de ese casi mes que estuve caminando mucho, comiendo mal, disfrutando con familia que yo no conocía y otra que ni recordaba. Y en estos días los recuerdos se hacen más vívidos y me sorprendo lo mucho que me acuerdo de las cosas. Pero todo esto que suelo evocar con alegría me está trayendo muchos planteos últimamente.

Sucede que en varios de los ámbitos que me muevo hay personas que volvieron de Europa y otras que piensan en irse. Y esto me lleva a replantearme cosas que no tienen que ver con ellos sino conmigo. Me encanta escuchar sus historias, de los lugares donde estuvieron, qué fue lo que hicieron, etcétera. Pero eso me lleva a pensar si voy a ser capaz de realizar mi viaje soñado algún día.

La realidad es que si no me hubiese ido a vivir sola, podría haber vuelto a viajar en un plazo de tiempo no muy largo. Quizá no a Europa sino haber vuelto a Estados Unidos, donde tengo gente conocida que me da alojamiento y, a fin de cuentas, no gasto "tanto". También pienso que de no haberme mudado quizá podría ahorrar unos años más y hacer mi soñado curso de Historia del Arte en Pisa y pasarme semanas recorriendo las iglesias de Roma y Florencia y darme uno o dos días de regalo en Venecia.

Creo que también se debe a que soy una persona "viajera". Viajar me relaja y lo hacía varias veces al año. Ahora se que por un tiempo no voy a poder ir a ningún lado, a no ser que me inviten o sea por trabajo. Pero lo hecho, hecho está. Y no es que me arrepienta, la libertad en la que me hallo de lunes a domingo se supera con muy poco. Pero la cabecita funciona, piensa, reflexiona el "que hubiese pasado si".

Por lo pronto trataré de ver el vaso medio lleno, quedarme con los buenos recuerdos y no ser tan jodida de sentirme mal por haber hecho un viaje maravilloso y no poder todavía realizar otro.

1 comentario:

  1. Viajar es un destino, un estado, un sabor, un abrazo. Por eso queremos viajar. Viajar es un durazno, unas botas, un rincón lleno de personas que crecen en los rincones.
    Viajar es estar un poco borracho, sin digestivo ni culpas a mano.
    Ya volverás a viajar, y posiblemente a tocar el piano o a hacer tu curso de historia del arte.
    La maleta lista es una actitud. Como los brazos abiertos.
    Buen viaje, Lunes.

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