Sabes lo que te va a pasar????
Te va a decir que estuvo ocupado...
que se reunió con Clinton, en la casa amarilla....
que no durmió en toda la semana por tanto laburar
y que se olvido el celular en la casa de una tía lejana!!!!!
y le vas a creer.....
porque sos pelotuda!!!
de “Motivos para no enamorarse” de Diego Capusotto
por LUNES
Desde pequeñas que empezamos a construir nuestro bagaje de historias de amor. Desde La Sirenita, La Bella Durmiente, Blancanieves, pasando por La Bella y la Bestia, Hércules y llegando hasta a Toy Story, Enredados, La Princesa y el sapo, Shrek y otras más modernosas, que los dibujitos nos hacen creer en el amor eterno, las perdices y el final feliz. Desde nuestra tierna infancia, convivimos con el hombre que cambia por la mujer, la pobre que se enamora del príncipe que termina amándola (y ella no siendo tan pobre), él luchando por ella hasta el borde de la muerte. Creemos en todo eso hasta que nos enamoramos del primer gil de la primaria, el que no nos da bola, o empezamos a mirar pelis que nos abren un poco los ojos como 500 días con ella, Simplemente no te quiere o Bridget Jones –que claramente es la que peores defectos tiene, veremos luego por qué.
Entonces nos empezamos a preguntar el por qué de tanto engaño, si realmente existen hombres así, que se jueguen por una, que vayan de frente y que luchen contra la bruja que se convierte en dragón (o la zorra de turno que quiera llevárselo entre sus garras).
Hoy, por una razón que no viene al caso, me acordé que a JUEVES le mandé un almanaque del Boldt Castle de regalo de cumple años. Este “castillo” se encuentra en Heart Island (Isla Corazón, anteriormente llamada Hart Island – Isla Hart) en una de las Thousand Islands (1000 Islas) del Río Saint Lawrence, al norte del Estado de Nueva York. George Boldt fue un magnate hotelero: manager general de, entre otros, el Hotel Waldorf-Astoria de la Ciudad de Nueva York. Como todos los propietarios de algún terreno en Thousand Islands, George era acaudalado y pasaba todos sus veranos en su cabaña, junto con su familia.
En 1900 decidió ampliar su hogar de verano y convertirlo en una mansión (en forma de corazón, motivo muy explotado en su actualidad turística), una de las mayores en el país. La construcción implicó a uno de los mejores arquitectos y a cientos de trabajadores para una destinataria principal: Louise Kehrer Boldt, su esposa. El hogar iba a ser un regalo para el día de San Valentín, el cumpleaños de ella. Boldt no escatimó en elegir los mejores materiales y contratar a los más diversos especialistas en decoración, electricidad, paisajismo, jardinería, etc. Pero la construcción quedó sin terminar cuando Louise murió de un ataque al corazón, en 1904, y George dio la orden de frenar todo y despedir a los trabajadores para que “nunca más volvieran”. Se dice que Boldt jamás volvió a pisar la isla, no se podía imaginar pasar los veranos allí sin su amada, la mujer que lo acompañó tanto en su vida como en sus negocios.
A fines de la década del 70, las autoridades locales adquirieron la propiedad y la restauraron utilizando mobiliario moderno mas similar al utilizado en la época. Los sectores que han quedado sin construir continúan así, generalmente funcionando como cuartos donde se exponen infografías o planos relacionados a la mansión y la historia tras ella.
En Boldt Castle todo es amor: arboleda y flores en forma de corazón, carteles indicadores en forma de corazón, fotos de George y Louise por doquier y varias bodas diarias celebrándose, novias, padrinos y damas de honor que van y vienen. Como una especie occidental del Taj Mahal, el castillo expone lo que un hombre, que tenía todo, fue capaz de hacer por su mujer. No solo en relación con la inversión realizada sino con lo poco que le importó que tenía una construcción de varios pisos, 120 habitaciones, jardines italianos envidiables, propio generador de energía, pileta climatizada, sótano, un “play-house”, su propio mini Arco del Triunfo y un estacionamiento para yates, nada valdría todo eso sin su mujer para compartirlo.
Espero no haberlos aburrido con la historia pero se me vino a la mente hoy y la falta de hombres así que hay en la actualidad. Ni siquiera digo escasez, hablo directamente de falta. Pasa el tiempo y más me convenzo que no hay uno que valga la pena. Claro que todos tenemos defectos pero en materia de arruinarnos, ellos tienen un posgrado, recibidos con honores. Son nuestra debilidad pero no sé hasta qué punto esa es nuestra flaqueza o es culpa de ellos. Nos mienten, nos enredan, nos hacen pensarlos y repensarlos y hasta creerles. Pero siempre, siempre nos decepcionan, de una forma u otra. Parece que es como dice Capussotto: “salís por la vida cagando a pobres mujeres, que solo buscan un poco de amor, para demostrarle al mundo, a tu papá y a tus amigos que sos un macho bien puesto”.
Supongo que cada una tiene un ejemplo. Yo les puedo dar varios, propios y ajenos. Sin ir más lejos este fin de semana produjo que una amiga (cuando me leas te re vas a hacer cargo, sis) se quiera dar la cabeza contra la pared por mandarse lo que para ella significó la cagada del siglo. Pero ¿por qué se mortifica ella? Porque es mujer, y tiene códigos. Esos códigos que el tipo no tuvo cuando le importó poco su amigo, o cuando tal amigo se portó mal con ella, o cuando el mismo desaprovechó una tremenda oportunidad. Hoy, comienzo de semana, está en modo suicida, asesino, masoquista y todo lo que se les ocurra. Hasta la está haciendo pensar que está gorda y fea y que no vale la pena, que el problema es ella (una más mentira que la otra) ¿Y él? ¿Y ellos? Imagínense la respuesta… Dice algo parecido como: durmiendo plácidamente.
Ahora les cuento una experiencia propia. Este fin de semana iban a salir conmigo dos "hombres" distintos. ¿Por qué arreglé con los dos? Porque a esta altura del partido ya conozco a los hombres, a ellos, y sabía que no se iban a aparecer aunque les diera dirección exacta, GPS y plata para el taxi. El susodicho 1 se llenó la boca diciéndome que lo invitara, cosa que hice, pero durante la semana me conectaba y (oh casualidad) él se desconectaba inmediatamente. Obvio que ya sabía que esto iba a pasar. El susodicho 2, con quien nunca pasó nada a pesar de vernos varias veces y después de haberse llenado la boca con más de un blabla, volvió a blablear en la semana. Me dejó en claro que quería salir a bailar conmigo y algún otro día ir al shopping. A él también le dije a donde salía sabiendo que obviamente no iba a aparecer.
El finde quería aprovecharlo con mi amiga y que la noche no me la ocupara nadie así que masculinicé mi cabeza y me adelanté a sus actitudes: no iba a aparecer. Me cansé del blableo pero ya sé que es eso lo que hacen y ya guardo las menores expectativas posibles.
Pero… maldito Disney, maldita Bridget Jones, sigo esperando que aparezca ese Mark Darcy que me haga olvidar de todos los Daniel Cleever que se pasaron por mi vida, la de mis amigas y de mis conocidas. No pido un Boldt que me regale una mansión el 12 de febrero (mi cumple, agendenlo) sino un Mark al que le guste “tal cual soy” o un Edward Cullen que te vuelva loca para que te cases con él y se contenga de decenas de formas para no herirte. Basta de ser Emmas Bobary y fantasear con Leones porque nos van a seguir tocando Rodolphes Boulanger, que nos abandonen en el momento de la fuga.
Las dejo con la reflexión final de Capussotto, que si escribió esto debe ser re puto porque ningún hombre me demostró pensar así: “(…) Las minas siempre van a decir que el hombre es más inteligente etc. etc. porque ellas saben perfectamente que la cosa es al revés y porque los hombres necesitan sentirse un poquito más, ellas no necesitan sentirse… Son bastante más. Y créeme con las minas no jodás que siempre de una manera u otra o como sea te terminas arrepintiendo. Y antes de joder a una flaca, pensá que esa mina puede haber sido tu mamá tu hermana tu abuela… Y como macho que sos a ellas las cuidas y no querés que le hagan lo que vos serías capaz de hacer. Verdad?”
* "Princess of China" Coldplay & Rihanna