Hoy, niños de todo el país están vestidos de damas antiguas, caballeros con galeras, negritas mazamorreras o veleros, con la casa de Tucumán pintada en el fondo o echa de papel afiche. Más de una madre lagrimeará ante la actuación de su hijito (probablemente al nene no se le entienda nada de lo que dice, pero ella, que estudió a la par de su retoñito, lo observa como si mirara al futuro ganador del premio Oscar). Los padres, en cambio, forcejearán con otros padres para estar bien adelante y sacarle la foto justa en el momento preciso al joven actor. Para los chicos, es EL evento. Aunque salgan al final del todo y no tengan diálogo.
Muchos abrazos, muchos nervios, mucho celeste y blanco, todos muy patriotas.
El primer acto en el que aparecí fue en Jardín de Infantes. Salía de dama antigua, bailando un minué. Peinetón , miriñaque, abanico, todo. Empieza. Qué emoción. Salen las primeras mini parejas antiguas, y nos toca. Salimos. Él con su galera y traje, y yo haciendo equilibrio para no caer con el armatoste. Todo muy lindo, hasta que veo que los nenes espectadores se ríen. A carcajadas, pero mamá y papá sonríen. Mi tía también. Pero los menores nos miran y SE RÍEN. Llorar o no llorar, esa es la cuestión. Los grandes no se ríen. Mi compañerito se queda parado. Mejor no lloro, le tironeo la mano y seguimos. Terminamos el minué, y nos hacen a un costado, abrazos de mamá y papá, y fotos. No tantas como se saca ahora con las cámaras digitales, pero, varias fotos con calidad de inicios de los 90’. Pastelitos, empanadas, vestido manchado con chocolate caliente, y la vida que sigue.
Meses después, cuando trajeron las fotos reveladas, comprendí el porqué de tantas risas. Mi caballero patrio tenía el pantalón mojado y un charquito a sus pies. Pobrecito, mientras yo estaba histérica de nervios, él tenía la procesión por dentro y la sacó en forma de pis en medio del minué. En ese momento me hubiera ahorrado esfuerzos si alguien me hubiera dicho: nena, tus caballeros siempre van a ser medio maricones, siempre vas a tener que adivinar qué pasa por su mente, siempre vas a creer que la culpa es tuya, no vas a entender qué pasaba, hasta meses después.
Al menos, el caballerito era el más lindo de la salita, por si me sirve de consuelo.
Hola!
ResponderEliminarRecien llego de verte, ansiosa por leerte jaja.
Que lindas esas épocas, yo siemrpe salia en los actos, jaja pero solo una vez de dama antigua a mi siempre me toco de paisana.
Pobre tu caballero. me imagino tu carita de nervios y tu abrazo a tus viejos, me hubiera gustado estar ahi.
Como siempre me encanto la nota!
besotes!!