Llorarlo todo, pero llorarlo bien.

¡Hola!

Encontré esta gran poesía de Oliverio Girondo (Buenos Aires 1891-1967), porque también pienso que llorar es un buen ejercicio, saca recuerdos a la luz, buenos y malos, porque no solo de tristeza se llora, no solo de angustias y pérdidas, esta noche me toca llorar, por lo bueno y por lo malo, por la vida misma, por que respiro y porque quizás una angustia clavada en el pecho quiere salir, pero no es un llanto que traiga una larga cola de mal estar , más bien es un llanto librador, últimamente he querido llorar, pero mis lágrimas salían o pretendían salir en lugares inoportunos, asique ahora las dejo libres, para que lleguen hasta mi boca o hasta que el pañuelo las atrape.

Es un llanto que me deja parada en otro lugar, con otra perspectiva, otra visión, un llanto que me deja los ojos rojos, la nariz colorada y la almohada mojada, una cara de estúpida y una sonrisa posterior al llanto que me recuerda que llorar alguna que otra vez me hace bien, que no tengo que llorar por lo que no lo vale, que me hago cargo de lo que me toca y hoy me toca llorara.

Acá se las dejo espero que les guste.


Llorar a lágrima viva...

Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

¡Que tengan un lindo fin de semana!

¡Saludos!

Jueves.