por LUNES
Hace tanto que no se
sobre qué hablar. Hoy lo tengo muy en claro. No me atraso en días y ya se mucho
de lo que voy a decir.
El viernes en Ferro, a
unas 15 cuadritas de mi nuevo hogar, tocó la banda estadounidense Maroon 5. Ya habían
estado acá hace unos años, en el Luna Park, y este año volvieron en el marco de
la gira presentación de su último trabajo: Overexposed.
No conocía la cancha
auxiliar del club, donde se llevó a cabo el recital. Es bastante íntima,
sobre todo si se la compara con River. Tiene solo un sector de gradas y el
Sector Campo esta dividido en Campo VIP y Campo propiamente dicho (por lo menos para esta ocación). Como las
plateas estaban agotadas (o porque salían más caras y ya no había promoción 2x1
en Club La Nación, no recuerdo), a pesar de mi descontento, decidí ir a Campo.
No me gusta demasiado ir
a Campo, por suerte las veces que fui no me ocurrió mi peor miedo:
descomponerme (generalmente los ambientes tan cargados me bajan la presión).
Así que me clavé la rodillera, enfrenté mi miedo físico (por la rodilla) y me
tomé el colectivo que me llevó en unos minutos a destino.
La noche acompañaba, el día
fue perfecto. Con un pullovercito yo estaba de maravillas, daba gusto caminar y
hasta daba gusto esperar porque lo que suponíamos iba a ser una
agradable velada. Yo estaba sola, no estaba demasiado emocionada en la previa (no se por
qué). Fue mi primer recital sin acompañante, por lo que me sentía medio rara.
Pero por suerte los
minutos fueron pasando, el estadio llenándose y en el escenario aparecieron
unos músicos. Aunque sabíamos que no eran a quienes veníamos a ver, la banda que acompaña a Javier Colón tomó su lugar y el moreno apareció, hablando
un casi perfecto español.
Yo no lo conocía pero en
la primer canción que tocó me ganó. No soy muy buena haciendo crítica de música,
por lo que estoy por escribir me da vergüenza hasta a mí: su voz me pareció
dulce, totalmente bella. Después del primer tema, Javier se presentó y quienes
no sabíamos quién era nos enteramos que participó en el reallity show The Voice.
Con su simpatía supo ganarse al público presente a pesar de la ansiedad. A lo que le
sumó un ingrediente que mantuvo a todos enganchados: covers de temas famosos.
Cantó canciones como “Time after time” de Cindy Lauper, “Someone like you” de Adele
y, mi momento favorito, “Fix you” de Coldplay.
Pasada la media hora de
show, Javier se despidió totalmente ovacionado por los espectadores, que volvían
a llenarse de ansiedad esperando a la banda que ellos venían a ver. Casi a las
21 hs. puntual, con una luna llena bien alta, salieron al escenario los Maroon
5. Todos vestidos de blanco, los californianos abrieron su show con "Payphone",
uno de sus últimos cortes. De entrada, como si hiciera falta, llamaron la
atención, que se prolongó en la casi hora 45 minutos que duró el show.
Recorrieron todos sus
cds, lo cual hizo que el recital sea bastante “comercial” pero, a decir verdad,
a los presentes no nos molestó. Quizá, personalmente, hubiese esperado otros
temas aunque ya me imaginaba que no los iban a tocar. Claro que no se olvidaron
de "Makes Me Wonder", "Sunday Morning", "If I Never See Your Face Again", "Won’t Go
Home Without You," "Harder To Breathe", "Wake Up Call", "This Love" o She Will Be
Loved.
A diferencia del show en
el Luna Park, la banda estuvo más cálida (quizá más experimentada) y está vez
le sumó algunos cover que hicieron delirar a un público bastante heterogéneo.
Después de despedirse, los Maroon 5 volvieron a ingresar para el momento funky
de la noche. “Don’t You Want Me” de The Human League y “Sexy Back” de Justin
Timberlake fueron el prefacio para “Moves Like Jagger”, un total delirio
para terminar la noche.
Anteriormente interpretaron “Stereoheart”,
canción en la cual el cantante Adam Levine colaboró con Gym Class Heroes y “Seven
Nation Army” de The White Stripes. En ese momento, el guitarrista James
Valentine le puso voz al tema, que contó
con Levine detrás de la batería. Aparentemente los presentes son oyentes
de música electrónica porque lo único que cantaron fue el “oh oh oh oh oh oh”
que se suele cantar en uno de los momentos, en los que sólo suena la guitarra. Por lo
menos en mi sector, fui la única que coreé toda la canción. Para mi fue
el mejor momento de la noche.
A pesar de haber sido
aplastada, de haber salido casi sin poder caminar, de haber estado físicamente
agotada, de lo que me habrán odiado todos los que estaban detrás de mi (yo alta
rodeada de mujeres petizas que no le supieron ganar a mi experiencia en
recitales y no se pudieron poner adelante mío), de haber ido sola, de la plata
pagada… Esa noche lo valió totalmente y no pude más que salir y llamar a mi
hermana y decirle “NO SABES LO QUE TE PERDISTEEE”