El 31 de diciembre, mientras me cambiaba para irnos a
esperar las doce, agarré uno de los
celulares. No pensé mucho, y escribí. Me había prometido no arrastrar temas,
entonces le dije que no quería ni podía seguir así, que no sabía si era idea
mía, pero escribirnos todo el tiempo, en vacaciones, cuando no había necesidad
porque ni nos veíamos y estábamos a miles de kilómetros, me confundía. Yo no
sabía en dónde estaba parada y le escribía esperando que me dijera que no me
confundiera, que éramos amigos y punto. Si me hubiese respondido eso yo ahora sería
una Viernes normal.
Pero no, me dijo que necesitaba saber de mí, que le pasaban
cosas conmigo, que me quería, que lo esperara porque quería estar conmigo, y
esperaba hablarlo cuando volviera. Esto
se lo conté a mis amigas, tal como lo escribo. Lo que no les conté es que me
encerré en el baño a llorar. Con tristeza. No sabía por qué en ése momento.
Ahora sé que empecé a liquidar lágrimas desde antes porque después no me iba a
alcanzar el tiempo a solas para llorarlo. Desde hacía varias semanas nos
teníamos gratis y nos escribíamos todos los días, era el primero en decirme
buen día y el último en desearme un buen descanso. Cuando unas semanas después
nos vimos, me dijo que quería estar
conmigo, que quería que lo desestructure,
que iba a ser difícil pero q iba a ser un tire y afloje, que me quería, que
quería que todo saliera bien entre nosotros.
Y era todo mentira. Nada más se quería burlar de mí. Ver
hasta dónde llegábamos. Mentirme con te queiros que no sentía, con caricias que
no quería dar, con chistes y palabras que no eran reales porque la verdad es
que nunca sintió nada, nunca le generé nada en ningún sentido. Y me boludeó
sabiendo que yo sí sentía todo lo que le decía, que cuando le decía que había
cosas que yo no había hecho con otro, era cierto. Y él se burló de todo eso, y cuando le pedí lo que
él había planteado, un esfuerzo mutuo, me pidió un tiempo porque, de golpe ya
no sentía entusiasmo y no sabía que sentía.
Nunca una persona a la que yo quisiera y en quién confiara
me había lastimado así antes. Yo no sabía que podía llorar todos los días por
más de un mes y que el dolor siguiera intacto. Yo no me esperaba que un amigo
se cagara de risa como lo hizo él, y después me mire como si fuese NADIE.
No puedo estar en mi casa porque él estuvo mil veces acá, no
puedo hablar con mis amigos porque
también son los de él, no duermo bien en mi cama porque ahí también estuvo.
No hay segundo en que no me arrepienta de ser TAN estúpida,
de haber escrito ese mensaje, de haberme equivocado con él. Me duele el cuerpo
entero, y por más que llore, eso no se va.
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Fuerza querida amiga desconocida! Me ha pasado algo similar años atrás y tbn pensé q nunca dejaría de llorar a cualquier hora, en cualquier lugar, vos vales mucho y aúnq no te conozca personalmente sé q vales mucho la pena. Trata de no pensar más en Él, en eso aúnq sé x mi propia experiencia q va resultar muy difícil pero se puede, lo logré yo q nunca fui de tener muchos amigos y vos q estas rodeada de ellos vas a lograr salir a flote! Luego sonreiras y dirás q tonta fui al pensar q Él fue el único y q nunca más sentiría nada x otra persona, q nunca más confiaria, q nunca volvería a ser feliz. Yo sé q cuesta y va costar pero vas a salir adelante querida amiga desconocida!!
ResponderEliminarDeseo con todas mis fuerzas y buena onda q poco a poco superes está etapa q estas pasando y vuelvas a sonreír sola o acompañada! ;)