Una no sabe lo loca que puede
llegar a ser cuando tiene el corazón roto. Y cuando digo ROTO, es casi literal,
es un dolor real, físico, que te despierta día por medio a las tres de la
mañana con ganas de llorar.
El 22 cumple dos meses mi nuevo
compañero, un gatito rubio de ojos celestes que me mantiene ocupada. Pero hago
asociaciones estúpidas en mi cabeza y no pasa un día sin que una lágrima
se aburra y se quiera salir de mi (como
al Salame que aburrí) . Y en esto de las libres asociaciones, no tuve mejor
idea que sacar lo más masoquista de mi y
pensar, qué estaba haciendo yo hace dos meses, cuando nacía mi minino. Y no
tengo mejor idea que revisar Whatsapp buscando pistas que me dijeran que nunca
me quiso. Y entonces veo un montón de “amore” y releo y me acuerdo que ése día
estuvimos juntos,lo acompañé al dentista, a lo del jefe, fuimos juntos a una
feria, y ése día pensé que podía ser cierto que me quisiera, me invitaba al
cumple de la hermana aunque no pude ir, y nos pegamos una calentura terrible en
su auto. Entonces ahora miro a mi gato y veo ése día y lloro por lo tarada que
fui creyéndole que me quería. Y tiro el celular (cada vez me conozco menos)
porque sé que si sigo subiendo voy a encontrar todas sus mentiras del 14 de
febrero.
¿Cómo podemos conocer tanto a
alguien y no darse cuenta de que lo estabas aburriendo, que quizás forzabas
todo, que te mentía y no te quería “mucho mucho más más” de lo que vos lo
querés a él?
Y apago el otro celular (dónde
todavía lo tengo gratis) porque si releo ahí me termino de volver loca.
De verdad, una no sabe lo loca, maniática, depresiva,
masoquista y descerebrada mental que es, hasta que no le vuelven a romper el
corazón.