viernes, 25 de enero de 2013

VIERNES 2013



Que vergüenza. Realmente me da vergüenza que se nos vaya el primer mes del año y yo no haya escrito nada en nuestro querido blog. Es que tengo mucho y no tengo nada que contar. Esas cosas que pasan cuando uno anda como loco y no para un ratito a pensar. Necesito vacaciones de las vacaciones.

Desde que llegué todo viene movidito, para no tener tiempo de decir “me aburro”. Las fiestas suelen ser para todos un momento de locura más que de paz, a eso le sumemos padres divorciados (uno va y viene como pelota de metegol), arreglos en la casa (los jardineros, obreros, techistas y carpinteros dan más vueltas que un chongo), amigas que se van, despedidas, reencuentros, y el total es un mes agitado y horas de sueño que todavía no recupero. Además de eso, tomé bastante sol, varios helados, unas cuantas cervezas y algunas decisiones. Aclaré algunas cosas, y me confundí en demasiadas. Me encantó saber que hay temas que se cierran cómodamente, pero no me gusta no poder determinar otros. Con mucho miedo abrí una ventana llena de dudas. Tuve mi primer ataque de llanto de la nada, y también vi la sonrisa y los cachetes de la primer beba del grupo. Es incontable ya la cantidad de veces que he delirado en  lo que va del año y agradezco a Dios por haber iluminado al que inventó whatsapp por permitirme tener a mis mejores amigos un poco más cerca. Tengo a mamá a unos metros, a papá siempre que lo necesito, y a mi hermana durmiendo con sus primeras resacas.

No sé, lo malo no me parece tan malo, y quiero enfocarme en lo bueno, en todo lo que tengo que agradecer, quiero que las cosas tristes (aunque están) no me determinen. Me parece una buena manera de encarar el 2013.

No hay comentarios:

Publicar un comentario